Soy serieadicto (Halt and Catch Fire)

Lo tengo que reconocer, soy serieadicto, marco los días y sus horas en el calendario, y aunque tengo mis preferidas, no sabría por cual de ellas decantarme si tuviera que dejar de ver alguna.
Tienen las series algo de cápsula inmediata, de dosis nocturna justa y necesaria antes del descanso. porque aunque no hay una hora indicada para ver estas nuevas obras de arte del cine corto o en capítulos no me imagino ver Juego de Tronos, Black Sails o Vikings por el día. Siempre hay una hora preferida, no te tomas el café por la noche, no te sumerges en los oscuros escenarios o en los dantescos personajes de estas tres entregas sin más luz que una lámpara, cuando los niños se acuestan y somos nosotros los que comenzamos a soñar a bordo de un barco pirata o en el muro de Invernalia.
Tengo que reconocer que Mad Men me ha enganchado, aunque sonrío ante la actitud de esa machista sociedad de final de los años 50, donde la mujer es relegada al hogar, a la cocina, al cuidado de los niños y apenas es un objeto en el trabajo, desprovisto de reconocimiento en sus logros, observada y cortejada como el gallo ante la gallina, en el corral, eso si, de Madison Avenue.
Pero hay una serie que está por encima de todas en mi particular ranking, con permiso de Juego de Tronos, ésta es Halt and Catch Fire, la serie, como todas…de AMC creada por Cantwell y Rogers y protagonizada por Lee Pace, que ha pasado de pastelero en la serie Criando Malvas a visionario del negocio de la informática allá por los años 80, cuando los ordenadores todavía no habían pasado la puerta de la casa de las familias. Historia que nos recuerda a los Hewlett, Packard ,Jobs, Gates,Allen., brillantes mentes que vieron un futuro alternativo a la televisión y que acercaron y facilitaron las computadoras a los mortales de a pie y no a las grandes empresas o instituciones.
Competencia, marketing, historias personales entrecruzadas con una visión del pasado que animaría a cualquier emprendedor hoy día. Rápida, fresca con un lenguaje informático presente en cada momento que, lejos de asustar, te mete en materia de una forma muy natural sin asustar al neófito en la materia.

Soy serieadicto, porque encuentro en esos pildorazos, las dosis de calidad que más me interesa, según el momento o el día, en segmentos de 42 minutos, y además estoy seguro que cada capítulo tendrá presentación, nudo y desenlace sin tener que esperar horas de paja, con la esperanza de que la semana siguiente seguiré enganchado como un drogadicto a una sustancia.

Santos Garrido

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